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Mermelada de moras




Los que habéis visitado mi último Miércoles Mudo, ya sabéis que este fin de semana hemos estado recogiendo moras, así que no os sorprenderá demasiado la receta de hoy. Recoger moras es una de mis actividades favoritas del mes de septiembre. Mi marido, que se hartó a recogerlas durante la infancia, dice que a él no le divierte tanto, pero como yo de niña el campo lo pisaba poco, pues me encanta y él, muy generoso, me acompaña todos los años. Pero este septiembre ha sido el mejor de todos, porque es la primera vez que mi hijo mayor participaba conscientemente de la actividad. ¿Se os ocurre algo mejor que un paseo en familia por la naturaleza, recogiendo moras (y comiéndolas, claro)? Mi hijo mayor no soltaba su cestito y quería acompañar a su padre a los zarzales más difíciles (que siempre son las que tienen las más ricas) y nos comíamos una de cada tres moras. Este año hemos recogido una buena cantidad de moras y, cuando llegaron a casa, decidí hacer por primera vez una de mis mermeladas favoritas: mermelada de moras, por supuesto. Es muy sencilla de hacer, así que os dejo la receta por si os animáis a hacerla.

Ingredientes:

1 kg. de moras
400 gr. de azúcar
Zumo de medio limón


Preparación:

1. Limpiar y lavar las moras, quitando todas las ramitas.
2. Poner las moras en una cazuela con el azúcar y el zumo de limón. Dejar reposar durante dos o tres horas.
3. Poner la cazuela a fuego medio y dejar hervir unos 35-40 minutos. Remover de vez en cuando y retirar la espuma que vaya saliendo en la superficie con una espumadera.
4. Cuando alcance la textura deseada, retirar del fuego. Cuando se enfríe, quedará más densa de lo que parece. Si está demasiado densa, se puede añadir un poco de agua y poner la cazuela al fuego otra vez hasta que hierva.
5. Retirar del fuego y, en caliente, pasar con la batidora.

Una vez que la mermelada está lista, se pueden rellenar con ella tarritos de cristal, previamente esterilizados (basta con hervirlos entre 10-15 minutos). Si no se va a consumir de inmediato, es necesario hacer el vacío, para que se conserven durante varios meses. ¿Cómo se hace? Muy sencillo: basta con cerrar los tarros y ponerlos boca abajo durante 24 horas. Así lo hago yo, aunque otra manera de hacerlo es al baño maría: se ponen en una cazuela con agua hirviendo unos 30 minutos y, después, se dejan enfriar y se secan. Recomiendo pegar una etiqueta con la fecha de envasado

¿No os parece una receta fácil y rica?


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